Blog

LORENZO EL LENGUADO

Siguiendo con el tema de la Aceptación incondicional, os acompaño este cuento que habla de ello.

   ¡¡ Buena lectura !!

 

 

                                                                                   

 

                                                                      LORENZO EL LENGUADO

                                                                                Virginia Waters

 

 

Caray dijo Lorenzo. Me siento más desdichado que cuando tenía el sarampión. Me siento peor que si un tiburón asesino me hubiera devorado. Me siento terriblemente,  como la vez que comí 10 bocadillos de medusa uno tras otro y luego los devolví todos.

 

¿Por qué se siente Lorenzo tan desdichado, terrible y horrible?

 

– Me acabo de enterar que he suspendido cuarto grado en la Escuela de Peces de la Señorita Salmón… dijo gimiendo Lorenzo…

 

– «Soy un estúpido», gimió Lorenzo, al tiempo que nadaba en círculo tratando de decidir qué hacer. «Parece que no puedo hacer nada bien. Soy un podrido y un pez despreciable que nunca valdrá para nada»

 

Lorenzo estaba a punto de llorar:

 

«Buaaa», sollozaba, «soy tan estúpido que olvidé que un pez no puede llorar. Ahora estoy realmente mal. ¡Me siento tan mal por haber suspendido! No creo que pueda soportar decirle a mamá y papá que su hijo es un fracasado. Eso amordazaría sus branquias. Creo que lo mejor sería alejarme nadando hacia el ancho océano y desaparecer, así, nunca tendrás que saber lo que me ocurrió y lo decepcionante que soy.

 

«Adiós, viejo y familiar trozo de mar» Lorenzo se volvió por encima de su cola y se dirigió hacia el gran océano, aunque navegación era una de las asignaturas que había suspendido.

 

«Soy tan estúpido que no puedo ni nadar lejos de mi casa» pensó Lorenzo abatido.

 

Estaba nadando por algunos mares que le eran extraños. Sus aletas se estaban empezando a cansar y sus agallas a doler.

 

Lorenzo nunca había viajado tan lejos anteriormente. De repente, todo oscureció…

 

«Eh, ¿quién ha apagado las luces? gritó Lorenzo.

 

Cuando de repente Lorenzo se encontró agarrado por un tenaz tentáculo, tan fuerte como el acero. Este le batió a través del agua y le arrojó a las fauces de un pulpo horrible.

 

«Oh, al fin la cena» dijo el pulpo lamiéndose sus labios» ¡Qué apetitoso bocado!

 

«Es seguro que no quiero acabar mi vida en las fauces de un pulpo hambriento, tengo que encontrar la manera de salir de aquí rápidamente»

 

El pulpo empezó a untar a Lorenzo en el bote de mostaza. Justo entonces, Lorenzo tuvo una idea…

 

¡He!, mira hacia allí, gritó, «un banco repleto de sardinas!!»

 

El pulpo se distrajo por el grito de Lorenzo y por la idea de comerse una escuela entera de sardinas. Lorenzo golpeó el bote de mostaza con su cola y éste voló y chocó contra la cabeza del pulpo.

 

«¡Ay!», gritó el pulpo, lanzando más chorros de tinta negra de las que Lorenzo nunca había visto antes,…. soltando a Lorenzo!!

 

Lorenzo se puso a nadar alejándose a toda velocidad, nadaba tan rápido y la tinta del pulpo era tan densa, que no podía ver hacia dónde se dirigía.

 

Lorenzo se dirigía directamente hacia un gran muro gris, se sintió mareado, confundido y asustado.

 

«Quizás es un tiburón o un pez espada», pensó Lorenzo. «Mejor me marcho de aquí ya»

 

«Te ruego que me perdones» dio una gentil y melodiosa voz. ¿Puedo ayudarte?

 

«Cáspita», sorbió Lorenzo ¿Quién eres tú? Nunca había visto un pez tan grande!!

 

«Bueno, mi nombre es Elena la Ballena Jorobada, o sea que no soy exactamente un pez. Y, nunca había visto una criatura marina tan pequeña como tú. De hecho, casi no puedo ni verte. Nada hacia arriba hasta mis ojos para que pueda mirarte».

 

«No parece peligrosa», pensó Lorenzo y nadó hacia sus ojos. «Yo soy Lorenzo el Lenguado» dijo tímidamente.

 

«¿Y qué estás haciendo aquí? Estas bastante lejos de tu casa» dijo Elena.

 

«Me da vergüenza decírtelo», contestó Lorenzo, poniéndose rojo. «Estoy lejos de casa porque suspendí cuarto grado en la Escuela de Peces de la Sra. Salmón. Soy un inútil como pez y una desgracia para mis padres, así que he decidido marcharme al gran océano, yo solo, y no avergonzar más a mis padres. ¡Aunque también soy un fracaso marchándome de casa!. Ni he podido encontrar el mar abierto. Y casi me come un pulpo. Ya ves, realmente no hago nada bien!»

 

«Espera un minuto. Dices que ¿casi te come un pulpo?, preguntó Elena.

 

«Sí. Le golpee con un  tarro de mostaza y me aleje nadando rápidamente», replicó Lorenzo

 

«Entonces, supongo que hiciste algo bien» dijo Elena.

 

«No lo había pensado de esta manera» dijo Lorenzo, «pero supongo que sí»

 

«Yo no creo que hayas estado tropezando porque seas totalmente inútil o estúpido», continuó Elena. «Estás escogiendo criticarte por tus errores, en vez de aceptarte a ti mismo como un pez falible, que se equivoca, que hace cosas bien y cosas mal»

 

«No hay peces malos, ni peces buenos» dijo Elena. «Simplemente hay peces que a veces haces cosas bien y otros hacen cosas mal. Todos los peces son una combinación de sus comportamientos, rasgos y características, algunas de ellas son buenas, y algunas malas. Es imposible ser completamente bueno o completamente malo. Incluso si fueses totalmente malo hoy, probablemente habrás hecho algo bueno en el pasado o harás algo bueno en el futuro, y si eso es cierto, entonces o puedes ser totalmente malo»

 

«Entiendo» replicó Lorenzo pensativo, pero sigue sin gustarme cometer errores y equivocarme todo el tiempo o la mayor parte del tiempo ¿cómo lo podría hacer?»

 

«El primer paso» explicó Elena «es aceptarte a ti mismo totalmente, incluyendo tus errores. Trata de no devaluarte, no importa lo que hagas»

 

«El segundo paso es aceptar la responsabilidad de haber cometido un error o haber hecho algo malo»

 

«El tercer paso es tratar de corregir tu error»

 

«Y el cuarto paso será ver lo que puedes hacer para evitar cometer el mismo error en el futuro».

 

«Veamos si lo entiendo» dijo Lorenzo: «utilizaré mi suspenso de cuarto grado como ejemplo»

 

«Primero, me acepto y no me llamo a mí  mismo estúpido o inútil».

 

«Segundo, admito que suspender es mi responsabilidad».

 

«Tercero, estudiaré duro, para aprobar el año que viene».

 

«Cuarto, continuaré estudiando duro y así tendré menos probabilidades de suspender»

 

«Ole», dijo Lorenzo excitado, «¡si empiezo a pensar diferente de mí mismo, si me acepto y trabajo duro, entonces quizás pueda ser un  buen pez, después de todo!»

 

«Alto ahí» le amonestó Elena: «que te valores como bueno es tan irrazonable como que te valores como malo. tú estás todavía igualando tu valía como pez en función de tus comportamientos o de tu eficacia. Es mejor que valores tus comportamientos individuales, características y rasgos, en vez de valorarte a ti mismo, ya que es demasiado complejo si te valoras como un todo o totalmente».

 

«Creo que ahora lo entiendo», dijo Lorenzo. «Es mejor que me acepte siempre y sólo valore mis acciones. de  esta manera, puedo aprender de mis errores y así no sentirme tan miserable todo el tiempo».

 

«Exacto», gritó Elena. «Mira como piensas bien cuando pones atención. Ahora ¿no crees que va siendo hora de que vuelvas a casa con tu familia?»

 

«Creo que si» dijo Lorenzo «ya no me siento tan mal como para dar la cara, ahora me doy cuenta que no soy un fracaso total, aunque haya suspendido cuarto grado. Gracias por tu ayuda Elena. Te agradezco que me hayas apuntado en la buena dirección».

 

«Creo que la casa de los Lenguados es en aquella dirección» dijo Elena apuntando a su cola». «¡Que tengas un buen viaje de vuelta a casa!».

 

Cuando Lorenzo nadaba con ilusión de vuelta a casa, pudo oír  a Elena cantando a lo lejos.

 

«Elena me ha dirigido en la buena dirección en más de un sentido» pensó feliz.

 

«Estoy contento de haberme enterado de que no hay peces buenos o malos- sino solamente peces. ¡Y me alegro de ser uno de ellos!

 

 

Mª José Muñoz de León Gómez

Psicóloga. Colegiada  19.147.

Mindfulness y TREC

Compartimos con todos vosotros este interesante artículo de Frances Sorribes, codirector del Institut RET de BCN, en él …

LA IMPORTANCIA DE LA “AUTOCHARLA”

“No son las cosas las que nos perturban, sino nuestra visión de ellas”                               …

CUANDO CONFUNDIMOS DESEO CON NECESIDAD

“Necesito su amor y aprobación” Uno de los principales errores que solemos cometer los humanos es la de confundir el …