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Mindfulness y TREC

Compartimos con todos vosotros este interesante artículo de Frances Sorribes, codirector del Institut RET de BCN, en él nos explica las similitudes y diferencias entre el Mindfulness y la TREC, desde mentesalud estamos seguro de que disfrutaran de su lectura.

 

El mindfulness y la TREC

Francesc Sorribes

Tal y como dice Kabat-Zinn, mindfulness o atención plena es “la conciencia que surge como resultado de centrar la atención en el momento presente y sin valorar las experiencias desarrolladas momento a momento”.

El objetivo es la percepción del momento presente, del aquí y del ahora, sin evaluaciones, ni juicios al respecto. Implica una atención a las sensaciones, pensamientos y emociones, sin añadir juicios o valoraciones al respecto.

“Sólo amanece el día para el que estamos despiertos”
Henri David Thoreau

Es decir, yo puedo estar subiendo en un avión y empezar a experimentar sensaciones desagradables, palpitaciones, pensar que el avión se va a estrellar, y atender a señales de alarma como las caras de susto de la gente, de los profesionales de cabina o mirar piezas del avión que creo estar dañadas. Según el mindfulness, si yo suspenso mi juicio sobre estas sensaciones, pensamientos y señales, y me concentro en el presente, en observar todo lo que experimento en ese momento, en la respiración, sin añadir evaluaciones del tipo “¡me voy a morir! ¡El avión se va a caer!” y me concentro solamente en observar mis pensamientos, mis sentimientos y sensaciones, como si fuera una película y atender a mi respiración, lo más probable que suceda es que me empiece a relajar y atienda a otras señales y sensaciones por ahora desapercibidas.

Por tanto, el mindfulness se centra principalmente en dos aspectos básicos:

– La suspensión del juicio o evaluación puede conducirnos a fluir más con el momento presente y por tanto eliminar toda anticipación ansiosa del futuro. Tiene que ver con usar una conciencia no evaluativa, un yo observador (metacognición)
– Atender plenamente a todas las experiencias, sensaciones y emociones (conciencia interoceptiva)

Si logro centrarme en estos dos aspectos, probablemente dejaré de estar estresado y ansioso por múltiples aspectos de la vida cotidiana, y podré disfrutar plenamente de las cosas presentes.

Considera que si tenemos conciencia plena, podremos atender a nuevas cosas y desarrollar cambios de actitud ante la vida.

La TREC mantiene ciertas similitudes y diferencias respecto al mindfulness:

– La TREC no está completamente de acuerdo con suspender el juicio del todo, sino en cambiar la evaluación irracional por la racional. Entiende que la evaluación racional es constructiva y nos ayuda a conseguir nuestros objetivos y ser más felices. No cae en el radicalismo, como en el budismo zen, de eliminar el deseo sino más bien en eliminar la exigencia o falsa necesidad.
– La TREC contempla el mindfulness como una forma de meditar o de distracción cognitiva.
– El mindfluness entiende que cultivar la paciencia, la quietud, la pasividad, son valores buenos y nos ayudan a tener una vida con conciencia plena en el presente. No obstante, la TREC contempla más estar fluyendo o absorto en la acción que estar parado observando. Promueve una actitud de tolerancia a la frustración para metas a medio y largo plazo, y te ayuda a perseguir activamente tus objetivos personales.
– La mente de principiante que señala Kabat-Zinn permite que exploremos el mundo y las cosas con la mente vacía, sin conceptos previos o prejuicios. La TREC añade la mente crítica o flexible con nosotros mismos, es decir, estar siempre revisando y comprobando nuestras hipótesis previas y no ir con verdades “absolutas”.
– El mindfulness se basa en usar el conocimiento intuitivo y no racional. La TREC no está muy de acuerdo en ello porque la intuición es un conocimiento supersticioso y hay que ir con mucho cuidado y no considerarlo como “absoluto o sagrado”. La TREC está más a favor de usar un conocimiento racional e intencional para la acción, aunque en ocasiones puede dejarse llevar por la intuición.
– El mindfulness se centra que la acción viene de la no-acción, es decir, no forzar las cosas o buscar la espontaneidad. No contempla el esfuerzo como algo positivo sino como contraproducente. En cambio, la TREC entiende que el esfuerzo no es dañino si está bien dirigido, sino que lo que nos perjudica es la actitud obsesiva-compulsiva de la acción.
– El mindfulness también contempla la aceptación, es decir, el ver las cosas tal como son ahora. Y en eso la TREC está de acuerdo en parte, promoviendo la autoaceptación incondicional de uno mismo, de los demás y de la vida. No obstante, también busca promover activamente el cambio viendo las cosas que sí puede cambiar de la realidad.
– Por último, el mindfulness, se centra en “soltarse”, en no aferrarse a las cosas, en el desapego. En cambio, la TREC considera la disputa de las exigencias y falsas necesidades como la manera de desapegarse de las cosas.

Por tanto, la metodología del mindfulness a diferencia de la TREC y otras terapias cognitivo-conductuales, es que no busca el cambio directo de pensamiento, ni positivo ni racional, sino aumentar la conciencia, nuestro yo observador, atendiendo plenamente al momento presente y experimentando nuevas sensaciones. De esta forma, al cambiar la atención y percepción de las cosas sugiere que habrá un cambio cognitivo o de valores.

En cambio, la TREC sostiene que, aunque pueda haber un cambio de pensamiento mediante el mindfulness y en ocasiones puede funcionar adecuadamente, considera que el cambio profundo y duradero vendrá dado por un cambio en el sistema de creencias.

Por esta razón, puede usar el mindfulness de diferentes maneras:
– Para ayudarles a enseñar la conexión entre su pensamiento y su sentimiento, haciéndoles consciente o que observen lo que está experimentando corporalmente cuando se está diciendo a sí mismo pensamientos irracionales.
– Lo pueden usar Junto con la disputa activa y enérgica de las creencias irracionales, que sientan la diferencia en lo que están experimentado cuando mantiene creencias irracionales y cuando mantiene creencias racionales, y eso puede motivarles al cambio.
– Ayudarles a aumentar su tolerancia a la frustración a sensaciones de incomodidad, como por ejemplo, a la propia ansiedad. Cuando son plenamente conscientes que pueden soportar estas sensaciones, su incomodidad disminuye.
– y también usarla como una técnica de distracción o relajación, que permite que no se centren en sus deberías y falsas necesidades.

En resumen, la TREC contempla el uso del mindfulness en psicoterapia como una técnica experiencial o método de distracción que puede ayudarnos en el cambio del sistema de creencias pero no como un método único.

Publicado por Institut RET Barcelona

LA IMPORTANCIA DE LA “AUTOCHARLA”

“No son las cosas las que nos perturban, sino nuestra visión de ellas”

                                                                                                                  Epicteto


En un concurrido teatro, una mujer se levanta de repente, da una bofetada al hombre que está junto a ella y rápidamente se va por el pasillo hacia la salida. Cada una de las personas que han visto la escena reacciona a su manera, de forma idiosincrática. Una mujer se sobresalta, un adolescente se encoleriza, un hombre maduro empieza a deprimirse, una asistente social siente una sensación agradable. ¿Por qué el mismo suceso provoca tan diferentes emociones en la audiencia? Podemos encontrar la respuesta examinando los pensamientos de cada observador.

La mujer asustada pensó: “en casa siempre la debe estar molestando y no ha podido aguantar más”, imaginando los detalles de una paliza brutal y recordando las veces que la han maltratado.

El adolescente colérico pensó: “Él solo quería un beso y ella lo ha humillado. Pobre tío, realmente es una perra”.

El hombre maduro que reaccionó con tristeza pensó: “ahora la ha perdido y nunca más volverá a verla”, mientras veía la cara de su esposa llena de cólera.

La asistente social sintió un placer agradable porque pensó: “Se lo ha ganado. ¡Qué mujer más fuerte! Quisiera que algunas de las mujeres tímidas que conozco hubieran visto esto”.

En cada caso la emoción del observador fue una consecuencia de sus pensamientos. El suceso fue interpretado, juzgado y etiquetado de tal forma que fue inevitable una respuesta emocional particular. Todas las personas están constantemente describiéndose el mundo a sí mismas, dando a cada suceso o experiencia una etiqueta. Hacen interpretaciones de lo que ven y oyen, juzgan los sucesos como buenos o malos, temibles o agradables, deciden si pueden ocasionarles algún peligro o una seguridad relativa.

Estas etiquetas o juicios se forman a lo largo de un interminable diálogo de cada persona consigo misma, y colorean toda la experiencia con interpretaciones privadas. El dialogo ha sido comparada con una cascada de pensamiento que fluye de la mente sin interrupción. Raramente nos damos cuenta de ellos, pero son los suficientemente poderosos como para crear las emociones más intensas.

El dialogó interno ha sido denominado “auto charla” (self talk) por el terapeuta racional emotivo Albert Ellis, y “pensamientos automáticos” por El teórico cognitivo Aaron Beck.

La mayoría de la gente charla con los demás de forma muy diferente de como lo hace cuando habla consigo misma. A los demás, normalmente se describen sucesos de la vida como una secuencia de causa efecto. Pero al mismo tiempo, las personas pueden hablar consigo mismas con inusitada virulencia y desprecio. Un ejecutivo explicaba en voz alta: “poco después de perder mí trabajo, me fui sintiendo cada vez más deprimido”. Nadie pudo escuchar los pensamientos que le desencadeno el desempleo: “Nunca seré capaz de mantener a mí familia… nadie me contratará… soy un fracasado…no soy capaz de hacer esto…” No importa cuales fueran estas sobregeneralizaciones irreales, el ejecutivo creía en aquel momento lo que se estaba diciendo a sí mismo.

La Terapia Racional Emotiva nos ayuda a identificar esos pensamientos automáticos e Ideas Irracionales que nos perturban y no nos ayudan a conseguir nuestros objetivos. Cambiándolos por pensamientos más racionales que nos ayuden a llevar una vida más plena y satisfactoria.

 

Juan Manuel Lozano

Psicólogo Col. Nº 22267

CUANDO CONFUNDIMOS DESEO CON NECESIDAD

“Necesito su amor y aprobación”

Uno de los principales errores que solemos cometer los humanos es la de confundir el deseo de amar y ser amado, de ser correspondidos, con la necesidad y obligación de serlo:

“Puesto que lo deseo, lo necesito y lo he de tener”. Y si no lo consigo sobreviene la catástrofe, me deprimo, lloriqueo y me quejo sin cesar. ¡Dios mío que voy hacer si no me amas y me apruebas en prácticamente todo lo que haga! ¡Qué va a ser de mí, pobrecito!

Ciertamente, no necesitamos su amor y  aprobación debido a que no nos vamos a morir si no lo tenemos, ni ello implica que no vamos a ser feliz nunca más. De hecho, numerosos casos en la historia demuestran que personas, a pesar de hacer sido rechazadas por sus parejas, no se han muerto y han podido seguir disfrutando de la vida en su plenitud.

No queremos decir que conseguir el amor y la aprobación de nuestra pareja no sea deseable, ni tenga valor alguno, ya que es gratificante e incluso divertido, sino que quiero decir que no lo necesitamos y que podemos vivir sin ello y obtener otros placeres en la vida.

Cuando nuestra pareja nos rechaza sin duda no nos gusta y nos duele. ¡A nadie le gusta verse privado de este placer! Pero podemos aprender a aceptar su desaprobación y rechazo, ver que no tenemos la necesidad de ser aprobados y correspondidos siempre, e incluso tomar las críticas como puntos posibles de mejora en lugar de derrotas o catástrofes. Incluso, a veces, las críticas de nuestra pareja son injustas o poco razonables pero ¡Él o ella también tiene el derecho a equivocarse! Además, ¡nosotros tampoco nos hemos de creer todo lo que nos dicen!

La idea de que necesitamos que nuestra pareja nos apruebe y nos ame en todo momento es una actitud perfeccionista, utópica e imposible. No podemos ser aceptados y amados por el 100% de nuestras conductas y aspectos de nosotros, ni tampoco en todos momentos. Nadie es perfecto. Tampoco quiere decir que el hecho de amar a alguien sea para toda la vida, sino que este sentimiento puede variar con el paso de los años. Es una expectativa irreal e irracional que nos amen siempre. ¿Acaso lo hacemos nosotros con respecto a nuestra pareja? Y entonces ¿Por qué lo pedimos de forma insistente? Aceptémoslo: ciertas conductas y aspectos de nosotros mismos no van a gustar a nuestra pareja, y por mucho que cambiemos habrán cosas que seguirán no gustándole. Esa es la realidad.

Hemos de tener en cuenta también que hay parejas a las que no gustaremos nunca o poco, o que continuamente nos reprocharan cosas. La mayoría de estas son personas con problemas emocionales e incapaces de amar a alguien de forma madura. Es decir, aunque lográsemos cambiar puede que aún no le gustásemos. Por tanto, uno decide: o cambiamos de pareja o tendremos que aceptarla tal como es e intentarla ayudarla, en la medida de lo posible, a solucionar sus problemas emocionales.

Crearnos esta falsa necesidad es adentrarnos al mundo de las exigencias: “Puesto que lo necesito lo he de tener”. Ante tal necesidad vamos a autoexigirnos tener que ser amables con nuestra pareja, ser simpáticos, no ser rechazados, lo que nos va a crear mucha ansiedad por conseguirlo y culpa cuando no lo consigamos, incluso, cuando de hecho sepamos que no dependa totalmente de nosotros su aprobación.

La persona ante tal necesidad se vuelve insegura, indecisa, dependiente, no es capaz de tomar la iniciativa, se vuelve servil e idealiza al otro.

Dedica mucho tiempo y energía pensando ¿qué es lo que la pareja quiere que haga para sentirme amado?, en lugar, de pensar ¿que quiero yo hacer y deseo compartir con mi pareja?

El hecho de actuar de forma dependiente y sumisa para conseguir su amor, puede hacer que nuestra pareja se aproveche de nosotros, pierda interés, nos manipule, y dejemos de ser nosotros mismos por ser partes del otro.

Esta necesidad va muy ligada a una infravaloración, a un menosprecio hacia sí mismos. Uno no se acepta a sí mismo, y busca amor y aprobación en la pareja para hacerse valer, para ser algo. Esta persona es incapaz de amar a alguien de verdad, porque el acto de amar está ligado a la necesidad no a la libertad de elección. Uno ama porque lo necesita, y proyecta en el otro todo lo que carece de uno mismo. Ve en el otro una oportunidad para hacerse valer. No lo ama con madurez, como ser independiente y libre, sino sujeto a mis necesidades. Pero eso no es amor. Amar significa velar por la felicidad, satisfacción, crecimiento, realización e independencia del otro. Significa respetar los derechos del otro como persona.

Uno cuando ama de verdad, ama desde la libertad y desde la conciencia de que quiere estar con la otra persona, porque ve en la otra persona una oportunidad para crecer. La pareja no tiene que ser la muleta que nos falta, sino un trampolín que nos permite llegar más arriba. Amar es un sentimiento propio hacia la otra persona y un acto de voluntad. Amar significa dar y no recibir. Damos desde la libertad y voluntad, y recibimos gratuitamente.

Tener en cuenta que el que no puede amarse a sí mismo tampoco puede amar al otro completamente. Porque el otro es “una herramienta” que utilizo para sentirme bien conmigo.

Amarse a uno mismo no tiene nada que ver con el egoísmo, porque la persona egoísta no se ama a sí mismo, sino que en realidad se desprecia. Cree que tiene que poseer las cosas para sentirse bien consigo mismo, para ser algo.

Cuando decimos amarse queremos decir aceptarse incondicionalmente y procurar por uno mismo, al igual que por los demás. El que se ama de verdad tiene tiempo para amar a los demás.

Por tanto, el objetivo es pensar primero en uno mismo, en qué es lo que quiero y me gusta hacer. Si no piensas en ti ¿quién lo va hacer? No esperar a que la pareja nos resuelva o descubra lo que queremos.

Paradójicamente, las parejas que piensan que no se necesitan mutuamente, que son más independientes y autónomas, suelen ser las que más se aman y felices están. La actitud dependiente, apegada y sumisa suele provocar más desprecio y rechazo que atracción.

Un punto importante a considerar es que cuando creemos necesitar al otro para ser feliz, estamos poniendo en manos del otro nuestra felicidad y destino emocional. Es importante tomar las riendas de nuestra vida y felicidad con nuestras manos y ser nosotros quienes dirigimos el teatro de nuestra vida y hacia dónde y cómo queremos vivirla ¿Vamos a escribir nuestra vida o vamos a permitir que nos la escriban los demás?

Vamos a ver varios métodos que nos pueden ayudar a quitarnos esta idea irracional:

La mejor manera de ayudarnos a quitarse esa idea es primero identificar la necesidad y luego confrontarla decididamente. Utilizar un papel y escribir la necesidad de aprobación y amor. Luego confrontarla con un serie de preguntas ¿Es necesario o sólo preferible y deseable su aprobación y amor? ¿Me voy a morir si no lo consigo o me siento rechazado? ¿O va a ser sólo frustrante? ¿El hecho de que me rechace tiene que ver algo con mi valía personal? ¿Voy a ser menos persona? Contestar a cada una de las preguntas de forma reflexiva y crítica.

Coger un papel y escribir lo que quieres conseguir en tu vida, plantearte objetivos y metas por ti mismo, no en función de los demás. Escribir objetivos realistas, y que solo dependan de uno, a corto, medio y largo plazo.

Intentar no despreciarse cuando nos rechacen. El hecho de ser rechazado no nos convierte en malas personas o inferiores. Puede ser que hayamos cometido un error o le hayamos molestado y sería mejor trabajar en ello para que no vuelva ocurrir, pero despreciarnos no nos ayudará ni a nosotros ni a los demás. Aceptar que somos seres humanos imperfectos que, a menudo, cometemos errores.

Plantearte conseguir la aprobación en ciertos aspectos en sentido práctico, pero no de forma existencial de vida o muerte, e intenta trabajar para sacar el máximo provecho de conseguir su aprobación. Pero si no lo conseguimos inmediatamente, no es el fin del mundo, seguimos intentándolo. Ya lo decía Churchill “El camino del éxito es ir de fracaso en fracaso pero con entusiasmo”.

Ver el rechazo como frustrante pero no como horrible o fatal. La frustración implica posibilidad de crecimiento y aprendizaje. Podemos ver cuáles son los gustos de nuestra pareja y trabajar por ello. Los conflictos y desacuerdos son normales en la pareja porque no somos dos personas iguales. Lo que sí que no es normal es una reacción dramatizada a los mismos.

Aprender a divertirse a solas sin nuestra pareja. Hacer actividades al margen de ella y permitirnos separaciones breves temporales.

Juan Manuel Lozano Fernández

    Psicólogo, col. N. 22267

LORENZO EL LENGUADO

Siguiendo con el tema de la Aceptación incondicional, os acompaño este cuento que habla de ello.

   ¡¡ Buena lectura !!

 

 

                                                                                   

 

                                                                      LORENZO EL LENGUADO

                                                                                Virginia Waters

 

 

Caray dijo Lorenzo. Me siento más desdichado que cuando tenía el sarampión. Me siento peor que si un tiburón asesino me hubiera devorado. Me siento terriblemente,  como la vez que comí 10 bocadillos de medusa uno tras otro y luego los devolví todos.

 

¿Por qué se siente Lorenzo tan desdichado, terrible y horrible?

 

– Me acabo de enterar que he suspendido cuarto grado en la Escuela de Peces de la Señorita Salmón… dijo gimiendo Lorenzo…

 

– «Soy un estúpido», gimió Lorenzo, al tiempo que nadaba en círculo tratando de decidir qué hacer. «Parece que no puedo hacer nada bien. Soy un podrido y un pez despreciable que nunca valdrá para nada»

 

Lorenzo estaba a punto de llorar:

 

«Buaaa», sollozaba, «soy tan estúpido que olvidé que un pez no puede llorar. Ahora estoy realmente mal. ¡Me siento tan mal por haber suspendido! No creo que pueda soportar decirle a mamá y papá que su hijo es un fracasado. Eso amordazaría sus branquias. Creo que lo mejor sería alejarme nadando hacia el ancho océano y desaparecer, así, nunca tendrás que saber lo que me ocurrió y lo decepcionante que soy.

 

«Adiós, viejo y familiar trozo de mar» Lorenzo se volvió por encima de su cola y se dirigió hacia el gran océano, aunque navegación era una de las asignaturas que había suspendido.

 

«Soy tan estúpido que no puedo ni nadar lejos de mi casa» pensó Lorenzo abatido.

 

Estaba nadando por algunos mares que le eran extraños. Sus aletas se estaban empezando a cansar y sus agallas a doler.

 

Lorenzo nunca había viajado tan lejos anteriormente. De repente, todo oscureció…

 

«Eh, ¿quién ha apagado las luces? gritó Lorenzo.

 

Cuando de repente Lorenzo se encontró agarrado por un tenaz tentáculo, tan fuerte como el acero. Este le batió a través del agua y le arrojó a las fauces de un pulpo horrible.

 

«Oh, al fin la cena» dijo el pulpo lamiéndose sus labios» ¡Qué apetitoso bocado!

 

«Es seguro que no quiero acabar mi vida en las fauces de un pulpo hambriento, tengo que encontrar la manera de salir de aquí rápidamente»

 

El pulpo empezó a untar a Lorenzo en el bote de mostaza. Justo entonces, Lorenzo tuvo una idea…

 

¡He!, mira hacia allí, gritó, «un banco repleto de sardinas!!»

 

El pulpo se distrajo por el grito de Lorenzo y por la idea de comerse una escuela entera de sardinas. Lorenzo golpeó el bote de mostaza con su cola y éste voló y chocó contra la cabeza del pulpo.

 

«¡Ay!», gritó el pulpo, lanzando más chorros de tinta negra de las que Lorenzo nunca había visto antes,…. soltando a Lorenzo!!

 

Lorenzo se puso a nadar alejándose a toda velocidad, nadaba tan rápido y la tinta del pulpo era tan densa, que no podía ver hacia dónde se dirigía.

 

Lorenzo se dirigía directamente hacia un gran muro gris, se sintió mareado, confundido y asustado.

 

«Quizás es un tiburón o un pez espada», pensó Lorenzo. «Mejor me marcho de aquí ya»

 

«Te ruego que me perdones» dio una gentil y melodiosa voz. ¿Puedo ayudarte?

 

«Cáspita», sorbió Lorenzo ¿Quién eres tú? Nunca había visto un pez tan grande!!

 

«Bueno, mi nombre es Elena la Ballena Jorobada, o sea que no soy exactamente un pez. Y, nunca había visto una criatura marina tan pequeña como tú. De hecho, casi no puedo ni verte. Nada hacia arriba hasta mis ojos para que pueda mirarte».

 

«No parece peligrosa», pensó Lorenzo y nadó hacia sus ojos. «Yo soy Lorenzo el Lenguado» dijo tímidamente.

 

«¿Y qué estás haciendo aquí? Estas bastante lejos de tu casa» dijo Elena.

 

«Me da vergüenza decírtelo», contestó Lorenzo, poniéndose rojo. «Estoy lejos de casa porque suspendí cuarto grado en la Escuela de Peces de la Sra. Salmón. Soy un inútil como pez y una desgracia para mis padres, así que he decidido marcharme al gran océano, yo solo, y no avergonzar más a mis padres. ¡Aunque también soy un fracaso marchándome de casa!. Ni he podido encontrar el mar abierto. Y casi me come un pulpo. Ya ves, realmente no hago nada bien!»

 

«Espera un minuto. Dices que ¿casi te come un pulpo?, preguntó Elena.

 

«Sí. Le golpee con un  tarro de mostaza y me aleje nadando rápidamente», replicó Lorenzo

 

«Entonces, supongo que hiciste algo bien» dijo Elena.

 

«No lo había pensado de esta manera» dijo Lorenzo, «pero supongo que sí»

 

«Yo no creo que hayas estado tropezando porque seas totalmente inútil o estúpido», continuó Elena. «Estás escogiendo criticarte por tus errores, en vez de aceptarte a ti mismo como un pez falible, que se equivoca, que hace cosas bien y cosas mal»

 

«No hay peces malos, ni peces buenos» dijo Elena. «Simplemente hay peces que a veces haces cosas bien y otros hacen cosas mal. Todos los peces son una combinación de sus comportamientos, rasgos y características, algunas de ellas son buenas, y algunas malas. Es imposible ser completamente bueno o completamente malo. Incluso si fueses totalmente malo hoy, probablemente habrás hecho algo bueno en el pasado o harás algo bueno en el futuro, y si eso es cierto, entonces o puedes ser totalmente malo»

 

«Entiendo» replicó Lorenzo pensativo, pero sigue sin gustarme cometer errores y equivocarme todo el tiempo o la mayor parte del tiempo ¿cómo lo podría hacer?»

 

«El primer paso» explicó Elena «es aceptarte a ti mismo totalmente, incluyendo tus errores. Trata de no devaluarte, no importa lo que hagas»

 

«El segundo paso es aceptar la responsabilidad de haber cometido un error o haber hecho algo malo»

 

«El tercer paso es tratar de corregir tu error»

 

«Y el cuarto paso será ver lo que puedes hacer para evitar cometer el mismo error en el futuro».

 

«Veamos si lo entiendo» dijo Lorenzo: «utilizaré mi suspenso de cuarto grado como ejemplo»

 

«Primero, me acepto y no me llamo a mí  mismo estúpido o inútil».

 

«Segundo, admito que suspender es mi responsabilidad».

 

«Tercero, estudiaré duro, para aprobar el año que viene».

 

«Cuarto, continuaré estudiando duro y así tendré menos probabilidades de suspender»

 

«Ole», dijo Lorenzo excitado, «¡si empiezo a pensar diferente de mí mismo, si me acepto y trabajo duro, entonces quizás pueda ser un  buen pez, después de todo!»

 

«Alto ahí» le amonestó Elena: «que te valores como bueno es tan irrazonable como que te valores como malo. tú estás todavía igualando tu valía como pez en función de tus comportamientos o de tu eficacia. Es mejor que valores tus comportamientos individuales, características y rasgos, en vez de valorarte a ti mismo, ya que es demasiado complejo si te valoras como un todo o totalmente».

 

«Creo que ahora lo entiendo», dijo Lorenzo. «Es mejor que me acepte siempre y sólo valore mis acciones. de  esta manera, puedo aprender de mis errores y así no sentirme tan miserable todo el tiempo».

 

«Exacto», gritó Elena. «Mira como piensas bien cuando pones atención. Ahora ¿no crees que va siendo hora de que vuelvas a casa con tu familia?»

 

«Creo que si» dijo Lorenzo «ya no me siento tan mal como para dar la cara, ahora me doy cuenta que no soy un fracaso total, aunque haya suspendido cuarto grado. Gracias por tu ayuda Elena. Te agradezco que me hayas apuntado en la buena dirección».

 

«Creo que la casa de los Lenguados es en aquella dirección» dijo Elena apuntando a su cola». «¡Que tengas un buen viaje de vuelta a casa!».

 

Cuando Lorenzo nadaba con ilusión de vuelta a casa, pudo oír  a Elena cantando a lo lejos.

 

«Elena me ha dirigido en la buena dirección en más de un sentido» pensó feliz.

 

«Estoy contento de haberme enterado de que no hay peces buenos o malos- sino solamente peces. ¡Y me alegro de ser uno de ellos!

 

 

Mª José Muñoz de León Gómez

Psicóloga. Colegiada  19.147.

Aceptación Incondicional Versus Autoestima

ACEPTACIÓN INCONDICIONAL   VS    AUTOESTIMA

 

( windy dryden )

 

Normalmente cuando tendemos a menospreciarnos en situaciones concretas o generales tendemos a decir que sufrimos de baja autoestima. Ésta se definiría como el hecho de calificar el propio “SER” en función de una cosa: una conducta, un pensamiento, una emoción, una parte del cuerpo, una pertinencia, etc. Aquí es dónde radica el problema, no puedes evaluarte a ti mismo de manera justa en función de una cosa, sabiendo que el “SER” es extremadamente complejo y en constante cambio.

 

Cuando tienes baja autoestima, estás otorgando sistemáticamente a tu “SER”, sumamente complejo y en constante cambio, una calificación global negativa. Como calificarte negativamente de “estúpido, inepto, tonto” por haber fracasado en una tarea importante o haber conseguido la desaprobación de alguien significativo para ti. El hecho de equivocarse ¿Cómo convierte a alguien a ser totalmente estúpido y que está además condenado a actuar así el resto de sus días?

 

Tampoco la solución no está en darte una calificación global positiva y decirte que eres “bueno, superior o mejor” que otros, porque entonces tendrías alta autoestima y eso no te haría mucho bien. La alta autoestima es un arma de doble filo, porque cuando te des cuenta de que haces mal una cosa, te despreciarás por las mismas razones por las que te alabaste. Así que si me digo que soy bueno porque hago las cosas bien, me diré que soy un inútil cuando las haga mal, y mi alta autoestima pasará a ser baja autoestima.

 

Por lo tanto, la solución cuando te desprecias es la autoaceptación  incondicional. Ésta se basa en 11 principios:

 

 

  1. Como ser humano no puedes tener una sola evaluación, pero sí puedes evaluar las diferentes partes de ti, al igual que las cosas que te ocurren.

 

  1. Como ser humano, tu esencia está en equivocarte y en ser único.

 

  1. Eres igual que otros seres humanos en términos de humanidad compartida, pero distinto en muchos aspectos concretos.

 

  1. Cuando te aceptas incondicionalmente, piensas mejor y evitas la generalización.

 

  1. Aceptarte incondicionalmente está íntimamente ligado a un pensamiento flexible acerca de ti.

 

  1. Cuando te aceptas incondicionalmente, tus emociones son adaptativas y tu comportamiento es constructivo.

 

  1. Si aún quieres calificarte, juzgarte ante circunstancias que no cambian en la vida, piensa en ti como alguien que VALE la pena porque eres humano, estás vivo, eres único, y estás en constante cambio y mejora.

 

  1. La aceptación incondicional de uno mismo fomenta la acción constructiva, No a la resignación.

 

  1. Puedes a aprender a aceptarte incondicionalmente, pero nunca de manera constante ni perfecta.

 

  1. Asimilar la aceptación incondicional de uno mismo es difícil e implica trabajar duramente.

 

  1. Asimilar la aceptación incondicional requiere fuerza y energía.

 

 

Mª José Muñoz de León Gómez

Psicóloga. Colegiada 19.147

 

 

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INGREDIENTES PARA UNA NAVIDAD FELIZ Y SALUDABLE

INGREDIENTES PARA UNA NAVIDAD FELIZ Y SALUDABLE

Desde mentesalud.com queremos felicitaros estas fiestas, recordando los Diez Ingredientes que El Dr. Albert Ellis consideraba necesarios para llevar una vida Feliz y Saludable, Así que, si añadimos a las comidas de estas Fiestas Navideñas estos diez ingredientes, estaremos más cerca de conseguir una Navidad más Feliz y Saludable:

  1. Auto aceptación: las personas saludables eligen aceptarse a sí mismos, incondicionalmente, con sus virtudes y sus defectos, en lugar de medirse, compararse, condenarse o probarse a sí mismos.
  1. Tomar riesgos: las personas, emocionalmente, saludables, eligen tomar riesgos y tienen un espíritu de aventura cuando tratan de hacer lo que quieren sin llegar a ser temerarios.
  1. Adecuada Tolerancia a la frustración: las personas saludables reconocen que solo hay dos tipos de problemas: los que se pueden solucionar y los que no. Una vez se ha hecho esta diferencia, se puede actuar en la modificación de las cosas que podemos y aceptar las que no.
  1. Responsabilizarse por las cosas: en lugar de culpar a otros o al mundo, las personas saludables aceptan gran parte de la responsabilidad, de sus propios sentimientos, pensamientos y comportamientos.
  1. Interesarse por uno mismo: las personas, emocionalmente, saludables, ponen sus propios intereses, aunque sea un poco, por encima de los demás. Pueden sacrificarse en algún grado, por los que quieren y los rodean, pero no al 100% ni de forma abrumadora. Si no se cuida de uno mismo, luego no estará en condiciones, para ayudar a los demás.
  1. Autodirección: es importante asumir responsabilidad por la dirección que toma nuestra vida, en lugar de buscar, constantemente, el apoyo y la aprobación de otros para resolver nuestros asuntos.
  1. Tolerancia: es útil permitirse a sí mismo y a los otros seres humanos el cometer errores. No se tiene que estar feliz por las conductas equivocadas, pero no es útil condenarse a sí mismo o a otros por actuar mal.
  1. Flexibilidad: las personas saludables tienden a ser pensadores flexibles. Por el contrario, cuando se tienen reglas rígidas e invariables, se reduce la felicidad.
  1. Aceptar la incertidumbre: vivimos en un mundo lleno de posibilidades y riesgos, las certezas absolutas no existen. Una persona sana busca un grado de orden y organización, pero no demanda la certeza perfecta.
  1. Compromiso: muchas personas tienden a ser felices cuando están vitalmente absortas por algo fuera de sí mismos. Tener por lo menos un interés creativo y estar involucrado, en alguna medida, con la humanidad, genera un sentido de felicidad diaria.

¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN SALUDABLE AÑO 2017!!

Que es la TREC y como a ayuda a las personas a vivir mejor

Las Terapias Cognitivos-Conductuales constituyen hoy en día una de las opciones más potentes a la hora de intervenir psicológicamente sobre numerosos trastornos “mentales”.

La Terapia Racional Emotivo-Conductual (TREC), fue fundada por el Dr. Albert Ellis en los años 50 (Ellis,1958), pionero de las terapias cognitivo-conductuales y una de las psicoterapias más eficaces de la actualidad.

En palabras del propio Ellis (1962): “La TREC está diseñada para ayudar a las personas a vivir más, minimizar los trastornos emocionales y conductas autoderrotistas, y fomentar la realización de si mismos para que puedan vivir una vida más feliz y gratificante”.

Fue la primera terapia cognitivo-conductual en desarrollarse y después de más  de cuarenta años de existencia, sus aplicaciones a distintos problemas son numerosas. La TREC se cuestiona porque las personas crean sus propios problemas y que se puede hacer al respecto. Ofrece un método científico de pensamiento racional para ayudar a la gente a disminuir sus problemas emocionales y, llevar una vida más plena y satisfactoria. Mantiene una filosofía de vida (que constituye un aspecto central en la TREC), de modo que uno de sus principales objetivos es conseguir un profundo cambio filosófico en los individuos que afecte a sus emociones y conductas tanto presentes como futuras. Pero la TREC no solo hace hincapié en lo filosófico; incluye también una visión humanista del hombre, aceptandolo de forma incondicional, con sus limitaciones, y centrándose especialmente en sus experiencias y valores, incluyendo su potencial de autorrealización.

La TREC se esfuerza en que los individuos adquieran filosofías que resalten el interés por uno mismo, la autodirección de su propio comportamiento, la inclinación por lo social, la tolerancia hacia uno mismo y hacia los demás, la aceptación de la incertidumbre, la flexibilidad, el pensamiento científico, el asumir riesgos y un compromiso con estos intereses vitales.

La TREC hipotetiza que si los individuos logran adquirir esta perspectiva filosófica raramente se ocasionarán a sí mismos problemas emocionales, actuales y futuros.

La TREC busca que la persona tome conciencia del problema emocional y vea su parte de responsabilidad en la creación y mantenimiento del mismo como resultado de su propio sistema de creencias. Remarca el hecho de que son las Creencias Irracionales (IB) las que generan la mayor parte de los problemas emocionales y conductuales, y que el cambio consistirá en la creación de nuevas Creencias Racionales Efectivas.

Concretamente se trata de:

  • Una Terapia muy práctica y directiva en que se incluyen ejercicios y tareas para hacer en casa a fin de ayudar a la persona a solucionar su problema emocional de una manera breve.
  • Una Terapia profunda y duradera porque no se limita únicamente a aliviar los síntomas del malestar de la persona sino que va hasta el fondo del problema provocando cambios filosóficos profundos y permanentes que tienen como consecuencia una mejora de la calidad de vida.
  • Una terapia Eficaz en un porcentaje muy elevado de problemas psicológicos.                                                                                                                                                                                                                                                                                             Juan M. Lozano, Psicólogo, colegiado Nº 22267

¿Que es la fobia social?

¿Qué es la fobia social?

La ansiedad social es normal e incluso útil porque es una motivación adaptativa que permite a los seres humanos comportarse adecuadamente ante relaciones interpersonales nuevas o importantes. Sin embargo, cuando la ansiedad es muy intensa, no guarda relación con la realidad del temor experimentado o no acaba por extinguirse tras unos minutos de interacción o tras la exposición repetida a situaciones sociales, adquiere una significación clínica porque interfiere negativamente en la vida cotidiana de la persona afectada (Echeburúa 1993)

Las fobias sociales pueden estar referidas a estímulos muy específicos (comer, beber, hablar en público, etc…) o presentarse de forma generalizada ante diversas situaciones sociales (iniciar y mantener conversaciones, participar en pequeños grupos, asistir a fiestas, tener citas, etc…)

Su principal característica:

La característica principal de la Fobia social es el miedo marcado y persistente que aparece en situaciones sociales interactivas o de ejecución ante desconocidos o cuando es posible ser sometido a escrutinio. La exposición a estas situaciones provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad que puede tomar la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con una circunstancia determinada. El sujeto reconoce asimismo que el miedo es excesivo e irracional, pero sin poder controlarlo, lo cual desembocará en la evitación de estas interacciones sociales o el tener que soportarlas a costa de una intensa ansiedad en el momento, o más frecuentemente mediante el padecer anticipatorio característico del fóbico (ansiedad anticipatoria). Todas estas manifestaciones comportan un malestar clínico significativo e interfieren de forma acusada en su actividad académica, laboral, familiar y social.

Principales Síntomas:

Los síntomas psicofisiológicos que suelen estar presentes en la fobia social son la sudoración, el temblor, la taquicardia y, especialmente el rubor facial (Amies, Gelder y Shaw, 1983). Se trata de síntomas visibles y abiertos a la observación de los demás. Los pacientes tienden a percibirlos como señales de incapacidad, y en último término de falta de valía personal, lo que les lleva a una devaluación de su estima personal. No es por ello casual, que en muchas ocasiones sean estos síntomas fisiológicos los que el paciente considere su problema principal.

Los síntomas conductuales más característicos son la presencia de conductas de escape y evitación, así como la tendencia al aislamiento social. Sin embargo, la evitación puede ser más sutil que en otras fobias y caracterizarse por un comportamiento pasivo en las situaciones sociales. Rehuir la mirada, evitar iniciativas en el terreno social, quedarse en silencio, etc., son ejemplos de tales conductas.

Los síntomas cognitivos giran alrededor del miedo exagerado a la desaprobación y las críticas. Este temor puede estar referido a la aceptación social global, al establecimiento de relaciones íntimas, a la relación con personas de autoridad o a la realización de tareas delante de otras personas (Butler,1989). Ese miedo es el que diferencia fundamentalmente la ansiedad social de otras ansiedades fóbicas. En la fobia simple, por ejemplo, la persona puede sentir amenazada su integridad física (miedo a herirse, a caerse, a sufrir un ataque al corazón, etc.); en la fobia social, por el contrario, la persona ve amenazada su propia autoestima e integridad psicológica.

 

Juan M. Lozano Fdez

Psicólogo

Col. 22267

La Ansiedad

La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.

En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. Se dice que cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno.

¿Que és la Depresión?

Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y desaparecen en unos días. Cuando una persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con la vida diaria y el desempeño normal y causa dolor tanto para quien padece el trastorno como para quienes se preocupan por él o ella. La depresión es una enfermedad común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen necesitan tratamiento para mejorar.

El trastorno depresivo grave, también llamado depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer, y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a la persona y le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir solo una vez en el curso de vida de una persona, pero mayormente, recurre durante toda su vida.

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